jueves, 19 de abril de 2018

Conciliación familiar: esa difícil batalla

La conciliación de la vida familiar y laboral es prácticamente como suele decirse, un cuento chino. Y mucho me temo que seguirá siéndolo mientras no se modifique la férrea política de horarios de trabajo de la gran mayoría de empresas de este país .

Por su parte, los otros actores sociales con protagonismo en esta transformación, poco o más bien nada hacen al respecto. Sí,  señores políticos que gobiernan, o desgobiernan; según se mire; este país. Mucho hablar de la conciliación, mucho hablar de la importancia de las familias y mucho animar para que aumente la natalidad, pero a la hora de hacer políticas que fomenten y beneficien a éstas, nada de nada. A la hora de ejercer su trabajo ,nada de nada.

Es impresentable que los padres y las madres que trabajan se vean obligados a cumplir con horarios laborales anti conciliación. También lo es que uno de los progenitores tenga que hacerse cargo casi en exclusiva de la crianza y educación de los hijos mientras el otro progenitor trabaja fuera del hogar hasta bien entrada la tarde.
Se trabaja para sostener económicamente a la familia estoy de acuerdo, pero esa familia necesita también cuidados, tiempo, atención,  apoyo, ayuda, colaboración.  La familia necesita ejercer como tal , necesita ser una familia con todos sus miembros y disfrutar del tiempo juntos. Pero con jornadas laborales como las existentes en muchos puestos de trabajo esto resulta muy complicado, por no decir imposible.  En el mejor de los casos, haciendo verdaderos malabares se consigue hacer acto de presencia en la vida familiar, eso sí,  también se consigue aumentar de manera considerable los niveles de estrés psicosocial; lo cual no aporta beneficio alguno a la dinámica familiar sino todo lo contrario.

La frustración y la culpabilidad que genera en una madre y/ o en un padre el querer estar y no poder es verdaderamente triste.  También injusto, muy injusto. No es de recibo que quienes sostienen con su trabajo no sólo a una familia sino también a su país, sean maltratados de esta manera. No es aceptable que no se les permita ejercer de padres y de madres. En absoluto es aceptable que no puedan ejercer con plenitud el trabajo más importante de sus vidas; la crianza y educación de un hijo.


                            Imagen: El Jueves


Entiendo que deben coexistir diversos horarios laborales en función de la situación personal y familiar de los trabajadores y las trabajadoras. ¿ Por qué motivo la flexibilidad laboral únicamente se aplica en detrimento de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras?  ¿ Por qué son ellos y ellas las que exclusivamente deben adaptarse a los horarios de un puesto de trabajo?
Sí,  se que la legislación actual contempla figuras y situaciones que en teoría promocionan la conciliación de la vida familiar y laboral. Me refiero a la reducción de jornada, al permiso de lactancia, y para de contar, porque lo del permiso de maternidad y más todavía el de paternidad es de risa. Sin embargo en la práctica pocas veces se pueden disfrutar de ellas con garantías y con libertad para hacerlo, ya sea por riesgo de perder el empleo, o por riesgo de no llegar a pagar todas las facturas al quedar el salario más precarizado si cabe.

En el siguiente enlace puede encontrarse un listado de las actuales políticas para la conciliación de la vida familiar y laboral. Es fundamental dar a conocer estos derechos que no siempre son transmitidos o facilitados ,o bien no dejan de ser pequeños placebos que no proporcionan una verdadera solución a este problema.
https://www.compromisoempresarial.com/rsc/2017/02/las-8-medidas-que-te-ayudaran-a-conciliar-hijos-y-trabajo-en-2017/

En fin, el tema de la conciliación exige voluntad política y voluntad empresarial. No es algo que pueda mejorarse de la noche a la mañana, porque como tema complejo requiere su tiempo de implementación y adaptación. Pero es necesario ponerse a trabajar en ello ya mismo, dejarse de buenas intenciones y pasar a la acción. Tenemos que evolucionar y adaptarnos a la constante y creciente complejidad de esta sociedad, asumiendo sus retos e intentando siempre mejorar la calidad de vida y el bienestar no material de los que la conforman.

Debemos estar a la altura de las circunstancias .

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